
EL HOSPITAL UNIVERSITARIO "SAN JORGE" DE PEREIRA

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PEREIRA
Pereira es un lugar privilegiado para encontrar este y otro tipo de modelos asociativos, entre los que también se cuentan las logias masónicas, anticatólicas y anticlericales (en Pereira se cuentan más de diez), los clubes liberales como el Rotary International (1934) y las diferentes expresiones del protestantismo. Estas minorías o formas modernas de sociabilidad de estructuras corporativas jerárquicas, conformada por actores sociales colectivos, permitió construir una visión muy particular del civismo en la ciudad de la que aún se enorgullecen los pereiranos raizales. De estos proyectos de “civismo” se han levantado grandes obras que van desde la Catedral de Nuestra Señora de la Pobreza de Pereira, el Hospital San Jorge, pasando por el Aeropuerto Matecaña, la Universidad Tecnológica de Pereira hasta llegar a la Villa Olímpica, entre otras.


Los primeros cincuenta años del siglo XX y en particular los años veinte de esta centuria se reconocen como la “década prodigiosa” en Pereira por la urbanización y el comercio que hicieron dar el primer salto de aldea a ciudad. Los ojos del asombro se tomaron la ciudad y con ellos las iniciativas de las personalidades públicas, de los empresarios y de algunos inmigrantes sirios y libaneses que se sumaron a los proyectos comerciales. En las décadas posteriores llegó la industria y el dinero, las bonanzas cafeteras y las aún recordadas ferias ganaderas. Este impulso marcó el sello de Pereira hasta hoy: “una mixtura de gentes donde dejan y se puede hacer”. De este bullicioso despertar viene la frase, "Pereira, la querendona, trasnochadora y morena", extraída de un poema de Luis Carlos González Mejía. Una frase que identificó a la ciudad para connotar que los pereiranos eran muy afectuosos y muy abiertos a la fiesta. Y tal vez fue cierto en aquellos decenios. Hoy la ciudad conserva el afecto de sus gentes, pero ella y sus habitantes han cambiado. Son tan variadas las representaciones de la ciudad que se necesitarían varias cuartillas para enumerarlas. En la segunda mitad del siglo XX llegaron las crisis cafeteras y la desindustrialización de la ciudad. Por supuesto, también llegaron otras iniciativas públicas y privadas, los centros comerciales, la urbanización acelerada. Como todas las ciudades grandes o intermedias de Colombia, Pereira no ha sido ajena al lavado de dinero, al narcotráfico, a las pandillas, a la violencia urbana y a las siliconas.
